Elaboramos nuestros jabones con materias primas de 1ª calidad , base de productos bio, plantas naturales, aceites vegetales, aceites esenciales...con el estudio constante de sus propiedades y sus tratamientos para conseguir el maximo en nuestros jabones para la higiene diaria, hidratación , nutrición y el cuidado de la piel, a la vez de poder tratar cualquier problema en esta como...acné, psoriasis, cicatrices, heridas....piel deshidratada, secas, mixtas, grasas....con aromas suaves, frescos, florales, cítricos...y neutros sin aromas....



EL BLOG DE LA BOTICA DE LA YAYA







Datos personales

lunes, 18 de abril de 2011

La piel

La piel nos envuelve por completo. Es un recubrimiento flexible bien irrigado y provisto de terminaciones nerviosas que nos permite tocar y percibir el mundo que nos rodea, y regula nuestra temperatura mediante las gándulas sudorípidas. Un dia de actividad media perdemos unos 600ml de sudor y mucho más si hacemos ejercicio o trabajo físico. Por eso hay que beber al menos 2,5 litros diarios de agua. A veces la piel recibe el nombre del <> porque es un órgano depurativo del cuerpo muy importante. Las tres capas principsales de la piel:
La epidermis, o superficie externa, está compuesta de capas de células que contienen queratina, sustancia que también está presente en el cabello y las uñas. La fricción constante de la ropa elimina las células muertas, que son sustituídas desde las capas epidérmicas inferiores. Debajo de la epidermis está la dermis, una capa que contiene una red de finos vasos sanguíneos, receptores sensoriales nerviosos, glandulas sudoríparas, los folículos pilosos y las importantes glándulas sebáceas, cuyas secreciones lubrican la superficie de la piel para mantener la elasticidad de la epidermis. Por la dermis también pasan fibras musculares. En las axilas y las ingles se localizan unas glándulas exocrínas especiales que segregan perfumes hormonales masculinos y femeninos. La capa más profunda es la grasa subcutánea, que retiene el calor corporal. La salud de la piel depende mucho más de lo que comemos que de cualquier crema o loción que nos apliquemos. Beber mucha agua a diario mantiene las células cutáneas llenas y elásticas. Ingerir con moderación aceites vegetales de buena calidad como aceite de oliva virgen extra, de girasol o de onagra fortalece la piel y la mantiene flexible, además de prevenir la sequedad. Las frutas y verduras frescas suministran vitaminas y nutrientes que favorecen el crecimiento y la renovación celular. El tabaco destruye las fibras de colágeno de la piel, responsables de su elasticidad. La mala evacuación y la falta de sueño, aire fresco y ejercicio también pueden conferirle un aspecto pálido y mate. Nos ruborizamos cuando nos acaloramos y palidecemos cuando estamos asustados; la piel es el espejo de nuestro estado emocional. Eso se debe a que la piel y el sistema nervioso se desarrollan a la vez dentro del útero. Tratar de influir sólo en el aspecto externo no resolverá los problemas de la piel a largo plazo. Revisar ciertas cuestiones de nuestro estilo de vida, como la dieta y el grado de estrés, además de los síntomas es una actitud con más probabilidades de éxito. Pero hay que tener paciencia por que las mejoras no suelen ser tan rápidas como querríamos.
Tipos de hierbas beneficiosos para los problemas de la piel. -Depurativas, como el trébol rojo y la ortiga, para depurar y desintoxicar en general. -Antialérgicas, como la milenrama, la manzanilla romana o común o la caléndula, para reducir el picor, el enrojecimiento y el calor originados por urticaria, sarpullido por calor o alergias menores. -Antiinflamatorios, como la manzanilla y la consuelda, para calmar las inflamaciones. -Citofilácticas, como la lavanda y el arrayán, para el crecimiento celular sano. -Diuréticas, como la ortiga y la milenrama, para eliminar toxinas por vía renal. -Compesadoras hormonales, como el hinojo, el sauzgatillo o la salvia romana, para equilibrar las fluctuaciones hormonales que provocan manchas en la piel. -Sedantes, como la melisa y la mejorana, para el estrés. -Vulnerarias, como la cola de caballo y la avena, para favorecer la cicatrización.